Hola, alma libre!
¿Te suenan estos pensamientos?
“No me siento suficientemente espiritual”
”Veo acciones en mi que no reflejan lo espiritual que se supone que soy”
”Me siento inadecuada en el mundillo espiritual”
”Me gustaría ser mas espiritual”
”Me da vergüenza reconocer que no hago yoga, o que como carne, o que salgo de fiesta y tomo alcohol, o que en la noche en lugar de meditar veo Netflix, o que no soy siempre Luz y Amor,…”
o, ¿quizás te reconoces mas en estos?
”Me siento demasiado espiritual para este mundo tan material”
”Siento que no encajo en esta realidad tan superficial”
”Me da vergüenza mostrar mi espiritualidad porque siento que me van a juzgar”
”Quien yo Soy realmente no es adecuada en este mundo actual”
”Me gustaría vivir en un mundo mas espiritual”
o, ¿quizas te reconoces un poquito en ambos?
Si te identificaste con alguno de estos pensamientos, este post es para ti.
¡Vamos a ello!
Como siempre, antes de empezar, te invito a hacer un par de respiraciones lentas y profundas. Desacelerar la respiración es codificado por tu cerebro como “estoy a salvo, me puedo relajar”. Y cuando te relajas, hay una capacidad mayor de recibir, de comprender, de asimilar, de conectar puntos y de que este momento que estás dedicándote para nutrirte, pueda nutrirte. Disfrútate mientras lees.
¿Que es el Ego Espiritual?
El Ego Espiritual es una máscara que nos ponemos para dar una cierta imagen al mundo -y a nosotras mismas- que interpretamos que es “más apropiada” que nuestra versión más auténtica del momento presente.
“El ego es un mendigo perpetuo. Siempre te está forzando a demostrar algo al mundo.” – @mahatria
Como todas las máscaras del ego (“la fuerte”, “la niña buena”, “la sabelotodo”, “la salvadora”, “la cool”, “la perfecta”, “la graciosa”,…), nos la ponemos porque nos hace sentir a salvo.
A salvo, ¿de qué?
Del juicio.
Y este juicio, que a veces proyectamos afuera, proviene de nuestro propio paradigma.
Es decir, nos ponemos una máscara para protegernos de nuestro propio juicio.
Suena loco, ¿eh?
Dicho juicio genera una disonancia, un ruido, una separación:
- En el caso de “No me siento suficientemente espiritual”, hay una disonancia entre “lo que Soy” y “lo que creo que debería Ser”. Me siento inferior a lo que veo en mi mundo.
- En el caso de “Me siento demasiado espiritual para este mundo”, hay una disonancia entre “la realidad en la que estoy” y “la realidad en la que creo que debería estar”. Me siento superior a lo que veo en mi mundo.
En ambos casos, hay una disonancia que nos separa de la realidad.
Es decir, hay una creencia de o “yo no soy adecuada” o “este mundo no es adecuado”.
La cuestión es que siento que hay algo (o yo misma, o el mundo en el que vivo) que debería ser diferente para sentir que pertenezco.
Ambos casos crean la misma separación porque, en realidad, son uno solo y provienen de un mismo lugar: mi juicio sobre lo que es la espiritualidad.
Y, a veces, este juicio lo proyectamos adentro (como debería ser yo), otras veces lo proyectamos afuera (como el mundo debería ser) y otras veces lo proyectamos tanto adentro como afuera: a veces yo me siento inadecuada y otras veces siento que el mundo es inadecuado.
Y, recordando esta famosa frase “como es adentro es afuera”, podemos entender que, ya sea que el juicio lo proyectemos en nosotras mismas o lo proyectemos en nuestra realidad, es exactamente lo mismo. Dos caras de la misma moneda.
El juicio crea separación, fragmentación, desconexión, sensación de no pertenencia.
Es ese juicio que tengo acerca de lo que “debería ser” lo que crea una separación con “lo que Es”.
Por lo tanto, en el momento en el que podemos soltar ese juicio, también podemos abrazar la realidad, y eso nos permite volver a sentirnos conectadas con nuestra experiencia de Vida, sentir que pertenecemos a este mundo, y que no necesitamos cambiar nada para gozar de esta experiencia humanamente espiritual.
No se trata de cómo hago para “ser más espiritual” o que “el mundo sea más espiritual” (acercar la realidad a la expectativa):
Sino más bien, cómo hago para darme cuenta de que yo YA soy espiritual y que el mundo YA es espiritual (acercar la expectativa a la realidad)
Y cuando podemos hacer eso, sentimos alivio, liberación, conexión con nuestro momento presente, paz,… porque nos damos cuenta que no hay nada que cambiar, que ya SOY y ya ES lo que se supone que debería Ser.
Así que, para acercar el concepto de espiritualidad a nuestra realidad presente, vamos a redefinir qué es la espiritualidad.
¿Qué es la espiritualidad?
La espiritualidad es Todo y es Nada.
¡Vaya, qué manera más poco concreta de definir la espiritualidad!
I know. Vamos a tratar de definirla con más detalle aunque, honestamente, creo que cuantas más palabras, más nos alejamos del concepto, así que te invito a que no te pierdas en las palabras y trates de percibir el concepto.
La espiritualidad es lo que ES.
¡Bueno, con esta definición nos hemos lucido! No tantas palabras, por favor, haha.
Me siento bromista mientras siento cómo definir esta palabra. Y no creo que sea casualidad.
¿Sabes? Siento que es la Vida a través de mis dedos la que escribe, y en este momento en que le pregunto “¿qué es la Espiritualidad?” siento que me responde de una forma muy cachonda, muy humorística, muy poco solemne. No en sí por las palabras que me trae, sino por la energía con que lo hace.
Y, con esto, me viene una frase que me dijo una día una amiga del Alma y que me encantó:
”Lo Sagrado es enemigo de lo Solemne”
Dicho esto, y abriéndonos a comprender cada palabra desde el Corazón:
Vida, ¿podrías darnos una explicación de lo que es la “Espiritualidad” un poco más extensa?
¡Vamos!
Éramos Espíritu antes de ser Humanas, Somos Espíritu mientras somos Humanas y Seremos Espíritu después de Ser Humanas.
Lo que realmente no entendemos no es cómo ser Espiritual, lo que no hemos aprendido aún es a Ser Humanas, es a vivir en la dualidad, es a abrazar la Luz y la Sombra, es a amar la Materia igual que amamos el Espíritu, es a dejarnos atravesar por el Miedo como lo hacemos con el Amor, es a aceptar esta experiencia en la Tierra.
Vemos la Materia como algo separado del Espíritu, como algo inferior, como algo banal.
Y entonces, cuando percibimos la materia que somos, y podemos contemplar la Espiritualidad ahí afuera, nos sentimos inferiores.
Y, cuando nos reconocemos como Espíritu, y podemos vemos la realidad material ahí afuera, nos sentimos superiores.
Es una ilusión.
No reconocemos la materia como parte de lo que Somos y por eso nos cuesta integrarla. Y a la vez, la materia es lo único que percibimos de forma clara e ineludible, por lo que esto nos produce una especie de cortocircuito interno.
En la Fuente,
Somos Unidad: Somos Espíritu, Somos Amor, Somos Luz, Somos Vida.
En esta experiencia en la Tierra,
somos dualidad: somos Espíritu y Cuerpo, somos Amor y Miedo, somos Luz y Oscuridad, somos Vida y Muerte.
La experiencia en la Tierra nos invita a un viaje de integración de Todo lo que Somos aquí y ahora. Porque solo desde la integración, experimento la Unidad, el Amor que Soy.
Paréntesis: si te gustaría entender, desde un punto de vista científico, cómo integrar ambas polaridades y así comprender de una forma más aterrizada como la dualidad es, en realidad, Unidad, te invito a leer este post y este post.
Mientras me vea luchando contra mi humanidad, mi superficialidad, mi materialismo, mi oscuridad, mi miedo, mi cuerpo, mi muerte,…
Mientras me vea luchando contra la humanidad, la superficialidad del mundo, el materialismo del mundo, la oscuridad del mundo, el miedo del mundo, la muerte en el mundo,…
Estoy experimentando el lado del Miedo.
Y es perfecto. Y necesario. Porque en esta experiencia dual, necesito experimentar el Miedo para poder experimentar el Amor.
Y, a la vez, me doy cuenta que mientras experimento ese Miedo, ese juicio hacia lo que “debería Ser” también experimento separación, fragmentación, desconexión.
Y que el único camino hacia mí misma, hacia el Ser, hacia la Unidad; es el Amor. Es la capacidad de abrazar lo que Es. Es la capacidad de darme cuenta de que Todo es parte de lo que la Vida Es y Yo Soy.
No hay nada que exista fuera del gran Yo Soy.
No hay nada que exista fuera de la Espiritualidad.
La metafísica define la materia de esta forma:
“Concepto limitado del hombre de la sustancia divina que ha "formado" en la conciencia; un pensamiento de la sustancia como densa, sólida, pesada y separada de la vida espiritual que la subyace. Cuando el hombre es vivificado por el Espíritu, sabe que el Espíritu es todo, en todo, y piensa plenamente en esta realidad”
Lo único que nos separa de la materia, es la idea que tenemos de que la materia está separada de lo que Somos.
Y es, esa misma idea de separación, la que nos lleva a enjuiciarnos a nosotras mismas y al mundo que nos rodea. A pensar que no somos suficientes, que lo que hacemos es “poco espiritual”, o que el mundo no es suficiente, que lo que hacen otros es “poco espiritual”.
Ambos lados de la dualidad forman parte de un mismo eje, de un mismo Todo.
Y Ser Todo, no se trata de irnos al “lado bueno” y rechazar el “lado malo”, se trata de abrazar Todo, de amar Todo, de ser Todo, de Ser.
La espiritualidad es la cualidad de integración de Todo lo que Es.
Así que no, no es más espiritual quien medita más horas.
Aunque a lo mejor descubres que meditando más horas (o haciendo cualquier otra práctica de conexión con tu Ser y tu Cuerpo), dedicas más tiempo a encontrarte con tu Verdad, y desde ahí te sientes más conectada con el gran Yo Soy.
Y a lo mejor no.
No es más espiritual quien come más sano.
Aunque a lo mejor descubres que comiendo más sano estás honrando el Cuerpo y por lo tanto te estás honrando a ti, y desde ahí te sientes más conectada con el gran Yo Soy.
Y a lo mejor no.
No es más espiritual quien hace menos daño a otros.
Aunque a lo mejor haciendo menos daño a otros te haces menos daño a ti, porque todos Somos Uno, y por lo tanto, te sientes más amada y conectada con el gran Yo Soy.
Y a lo mejor no.
No es más espiritual quien dedica tiempo al autoconocimiento.
Aunque a lo mejor dedicando tiempo al autoconocimiento, te permites re-conocerte, volver a encontrarte con Quien Eres, y desde ahí te sientes más conectada con el gran Yo Soy.
Y a lo mejor no.
No es más espiritual quien se deja el pelo largo.
Aunque a lo mejor dejándote el pelo largo sientes que ese pelo son como antenas que te permiten conectar con tu divinidad de forma más accesible, y desde ahí te sientes más conectada con el gran Yo Soy.
Y a lo mejor no.
No es más espiritual quien se viste de blanco.
Aunque a lo mejor cuando vistes de blanco sientes que el reflejo de la luz sobre tus ropas te recuerdan a cada momento la pureza y luz que Tú Eres en la Unidad, y gracias a eso te sientes más conectada con el gran Yo Soy.
Y a lo mejor no.
No es más espiritual quien… [inserte cualquier creencia acerca de lo que es ser Espiritual]
Eres Espíritu, por lo tanto, tienes innata la cualidad de la Espiritualidad por el mero hecho de Ser, de Existir.
Y puedes reconocer tu Espiritualidad, no cuando te obligas a dejar de comer carne y dejar de mirar Netflix, sino cuando comes lo que sientes comer y miras lo que sientes mirar; y te abrazas y amas en cada segundo de tu experiencia de Vida.
Y puedes reconocer la Espiritualidad en el mundo, no cuando todos son Luz y Amor, sino cuando observas todo lo que Es, y lo abrazas con compasión.
Y lo interesante es que, a medida que vamos integrando todo lo que Es, reconocemos más y más el Amor que Somos, y nos sentimos más y más Conectadas con la Vida, con la Fuente. Y desde esa sensación de Conexión con la Vida, desde ese Amor profundo que nos habita, desde esa Presencia en la Consciencia que Somos, también emerge en nosotras un discernimiento claro acerca de “lo que me conecta con Quien Soy” y “lo que me aleja de mi Esencia” y de forma natural elijo lo que sé que está en coherencia con mi Verdad. Porque eso me hace sentir Viva, Conectada, Libre, Plena, en Paz.
Y esto que elegimos puede verse distinto para cada persona, y para cada momento.
Quizás, desde mi Verdad, elijo no comer carne. Y mi hermana, desde su Verdad, elige sí comer carne. Y mañana, desde mi Verdad, elijo sí comer carne. Y mi hermana, la semana que viene, desde su verdad, elige dejar de comer carne. Y nos honramos. Y nos celebramos. Y nos amamos.
En el momento en el que pienso “uy! mi hermana come carne… pues no será tan espiritual!”, ahí, estoy conectando con el juicio que viene del Miedo, alejándome de mi Verdad y no reconociendo la Espiritualidad que Es, que Soy, que Somos.
Y si un día mi Verdad es volver a comer carne, no me lo voy a permitir, o me voy a juzgar por ello. Porque lo que juzgo afuera, es lo que juzgo adentro.
Mirar Netflix no me hace menos Espiritual, ni me desconecta de mi Verdad necesariamente.
Pensar que por mirar Netflix soy menos Espiritual, no me hace menos Espiritual pero sí me desconecta de mi Verdad, del Amor que Soy.
Vamos a ponernos hardcore, yendo al extremo para observar este mismo concepto:
Que alguien asesine a otra persona, no lo hace menos espiritual, y no necesariamente está desconectado de su Verdad. (Uf, qué bomba esto)
Pensar que es persona que ha cometido un asesinato es menos Espiritual que yo, eso sí me desconecta de mi Verdad.
¡Pero cómo se te ocurre decir eso! ¡Cómo un asesinato puede venir desde un lugar de Verdad!
No hay nada que, de por sí, sea “bueno” o “malo”. Es decir, ningún acto per sé esta asociado al Amor o al Miedo. Depende desde dónde se hace, con qué intención se hace, desde qué lugar nace.
Vida, veo por dónde vas, y estoy abierta a desarrollar esto en otro post, pero creo que este podemos ir cerrándolo aquí, porque esto es abrir otro melón.
Dice que vale, haha.
En este momento tengo una voz en mi cabeza “borra eso último, te van a juzgar!” y al reconocer este pensamiento, puedo darme cuenta que es mi propio juicio hacia mi misma, mi propia creencia de que expresar algo así es poco “considerado” con el mundo, poco “ético” o “moral”.
Y puedo soltar mi creencia y permitirme expresar mi Verdad, y abrazar todo lo que Soy, todo lo que siento, todo lo que escribo. Y volver al Amor. Y volver a reconocer mi Espiritualidad aún diciendo eso que parecen barbaries. Porque yo sé que no lo son, y honro mi Verdad de este momento, me honro. Y eso me hace libre.
Para cerrar esta newsletter, podemos concluir que:
- No hay nada que podamos hacer que nos haga menos espirituales. Fuimos, Somos y Seremos Espíritu. Y la espiritualidad es una cualidad innata del Ser.
- Podemos hacer cosas que nos conectan con nuestra Verdad y cosas que nos alejan de nuestra Verdad, pero esas cosas no son cosas determinadas: para cada persona y momento pueden ser distintas. Y solo quien lleva a cabo esa acción sabe si está en coherencia con su Verdad o no.
- Es absolutamente lícito que elija vivir desconectada de mi Verdad, desde el juicio, desde la separación, desde el Miedo. Eso no me hace menos espiritual, simplemente me hace vivir con una sensación de desconexión con la Vida, de vacío, de conflicto interno. Y es lícito que elija experimentar el Miedo.
- La forma de soltar mi Ego Espiritual para liberarme y volver a sentirme conectada con la Vida, es aceptando y rindiéndome a lo que Es, apreciando la espiritualidad en todo cuanto Soy y cuanto me rodea, abrazando la dualidad de esta experiencia de Vida, entendiendo que todo es espiritual.
- Cada vez que me siento desconectada de la Vida, de Quien Soy, simplemente me abro a reconocer lo que Es, lo que Soy, y lo abrazo con compasión. Cuando honro lo que Es y lo que Soy, vuelvo a Ser desde mi Consciencia más elevada, desde el Amor.
- Las personas más magnéticas son aquellas que están más conectadas con su Verdad, honrando lo que Es, y se permiten expresar su autenticidad. No se trata de perseguir ningún ideal, se trata de deshacernos de todos los ideales para reencontrarnos con nuestra Esencia más vulnerable, más real. Porque ahí es cuando brillamos con nuestra Luz única e impregnamos de Amor nuestra Vida y el Mundo.
Fin.
Wow. 8 horas de escritura.
Escribir este post ha sido muy especial y mágico.
Si has llegado hasta aquí, gracias por leerme. Me encantará que me compartas tus sensaciones o tu visión respondiendo a este email - si estás suscrita y recibes mi newsletter en tu email-, en los comentarios en substack, o a través de mensaje privado en mi Instagram.
Gracias, gracias, gracias.
Nos amo y nos quiero libres.
Aixa Seele ❤️🔥
Gracias por compartir Aixa