Nuestras mayores luchas en la Vida, son las internas, las que tenemos con nosotras mismas. En realidad, las que tenemos entre las distintas partes de nosotras.
Me explico.
No tenemos una “monomente”, una mente con una única dirección de pensamiento. En realidad, tenemos todo un sistema interno. Podemos escuchar varias voces, que tienen distintos intereses, distintas necesidades, distintas prioridades, distintas funciones, distintas formas de expresarse y distintos miedos.
Por eso todas, en algún momento, hemos dicho “una parte de mí…”, y nos sale de forma natural decir esto, porque es cierto, tenemos distintas partes internas.
Todas tenemos personalidades múltiples, y no, no es una enfermedad mental. En realidad, los que están diagnosticados de “trastorno de personalidad múltiple” (conocido ahora como “trastorno de identidad disociativo”), simplemente tienen este sistema interno más polarizado, es decir, sus partes están muy poco comunicadas entre sí, cada una va a su puta bola. Esa es la única diferencia.
La Paz, la armonía interior la logramos cuando creamos Unidad interna, es decir, logramos convertirnos en nuestra propia líder interna y gestionamos con amor y compasión nuestro sistema interior de forma que todas esas partes internas tengan una hermosa relación entre ellas y remen todas a una, en una misma dirección, aquella que Tú, como líder, has decidido.
Hoy quiero mostrarte una herramienta que puedes usar cada vez que percibas que se ha desatado un conflicto interno, un vía para crear Unidad interna desde el Amor.
Estas luchas internas se ven algo así:
“Una parte de mí quiere esto, pero a otra parte de mí le gustaría esto otro”
”Aún no sé como soltar ese hábito que me hace mal, y hay una crítica interna que me tortura por ello”
”Me quiero permitir hacerlo de vez en cuando, pero cuando lo hago hay otra parte interna que me juzga duramente”
"Una parte de mí quisiera atreverse a ir a por eso que me ilusiona, pero hay otra parte de mí que quiere mantener mi estabilidad y seguridad”
”Una parte de mí quiere soltar, pero hay otra parte interna que se aferra como si no hubiera un mañana”
”Una parte de mí quiere comprometerse con esto, pero hay otra parte de mí que quiere salir corriendo”
”Una parte de mí se siente así, pero otra parte de mí me juzga por estar sintiéndome así”
”Una parte de mí necesita relajarse, pero otra parte de mí se siente mal cuando bajo el ritmo”
¿Te suenan algunas de estas voces internas?
Te invito a tener a mano papel y boli, y escribir en este momento un conflicto interno que ahora, cuando lo piensas, está ahí presente. Uno que puedas ver (y sentir) claramente.
Empieza por uno. Podrás repetir este proceso con todas esas luchas internas que vayas reconociendo en ti.
Te invito a que hagamos este viaje juntas.
Te voy a guiar a través de tus laberintos internos en este proceso para disolver ese conflicto interno que has reconocido. Te invito a que vayas apuntando en tu papel tus propias respuestas, aquellas que te irán entregando tus partes.
Reconoce las partes
En todo conflicto interno siempre hay, mínimo, dos partes aparentemente opuestas, contradictorias, queriendo cosas distintas.
El primer paso en este viaje será discernir cada una de estas dos partes.
Rellena esta frase:
”Una parte de mí__________________________________
mientras que otra parte de mí___________________________”
Puedes reconocer estas partes por lo que te dicen, lo que sienten, lo que necesitan, lo que quieren que hagas, lo que no quieren que hagas, las sensaciones que te hacen sentir en el cuerpo…
Si lo deseas también puedes nombrar a estas partes según sientas su energía.
Por ejemplo:
”Una parte de mí quiere cuidar mi alimentación (la parte Correcta)
mientras que otra parte de mí quiere comer lo que se le antoja (la parte Rebelde)”Conoce las partes
El siguiente paso, es conocer a estas partes. Es decir, comprender para qué están en ti, y cuál es su función positiva, de que forma están pretendiendo ayudarte.
Porque, aunque a veces no lo parezca a primera vista, todas tus partes internas están ahí tratando de ayudarte en algún sentido. Y es importante, MUY IMPORTANTE, que pares un instante a reconocer a cada una de estas partes y Verlas, de forma compasiva, ver su intención de ayudarte sin juzgarlas.
Observa a cada una de las dos partes reconocidas en el Paso 1, y pregúntales:
¿Para qué estás en mí, de qué forma estás tratando de ayudarme?
Escucha que te dice la parte 1.
Escucha que te dice la parte 2.
Siguiendo con el ejemplo:
Parte Correcta: Quiero cuidar nuestra alimentación, por qué sé que así te sentirás mejor contigo misma. Quiero ayudarte a que te cuides, para gozar de una buena salud, y que te sientas a gusto con tu cuerpo, es lo que quieres, ¿no? Solo trato de ayudarte con esto.
Parte Rebelde: Estoy harta de reglas y restricciones. Ya nos restringieron demasiado cuando éramos una niña, ahora que somos adulta, quiero que te sientas libre de comer lo que quieras, que disfrutes, sin reglas ni mierdas. Quiero que te sientas libre de hacer lo que se antoje, ahora que puedes. Es lo que siempre has querido, ¿no? Solo trato de ayudarte con esto.Agradece a las partes
En este paso te invito a que, después de haber escuchado a cada una de tus partes internas, y de haber comprendido la intención pura y amorosa que hay detrás de cada una de ellas, después de haberte dado cuenta que en realidad solo quieren lo mejor para ti, les agradezcas.
Agradece a cada una de esas partes por Ser y por estar intentando ayudarte. Diles que puedes Verlas, que reconoces su intención positiva, que les agradeces su función, que entiendes que no tratan de generarte un conflicto interno, que solo quieren lo mejor para ti. Agradéceles una vez más. Estas partes necesitan sentirse vistas, sin juicio, abrazadas, reconocidas, amadas.Llegar a un acuerdo entre las partes
En este paso, te conviertes como en una mediadora.
Vas a ayudar a estas dos partes internas a llegar a un acuerdo en el que ambas se sientan vistas, atendidas y en paz.Para ello, puedes hacerles las siguientes preguntas a cada una de tus partes:
- ¿Cuál es tu mayor miedo, qué estás tratando de evitar? ¿Qué pasaría si no estuvieras cumpliendo tu función? (pregunta el “qué pasaría si…” hasta que encuentres su creencia raíz)Por ejemplo:
Parte Correcta: Tengo miedo de perder el control con la comida y atiborrarnos a guarrerías, y sentirnos mal después, tanto físicamente (porque el estómago se sienta mal) como emocionalmente (por sentirnos culpables). Siento que tengo que mantener el control sobre nuestra alimentación porque sino vamos a enfermar. Y engordar, y no quiero engordar, eso nos puede hacer sentir rechazadas socialmente. Ya lo vivimos en la adolescencia. Tengo miedo al rechazo social. Hago esto para evitar el rechazo social.
Parte Rebelde: Tengo miedo a sentirme atada, encarcelada. Los “tengo que” me pesan, me agobian, me hacen sentir que no soy libre. Para mí es importante la libertad, ya vivimos muchas restricciones en la adolescencia, ahora solo quiero ser libre, hacer lo que me de la gana, no lo que “tengo que”. Tengo miedo de vivir la Vida con reglas y normas que me hagan sentir que no soy tan libre. Siento que tengo que rebelarme contra todas las reglas para abogar y reafirmar nuestra Libertad. Hago esto para evitar que te agobies.
- ¿Qué necesitarías de la otra parte para sentirte mejor?
Por ejemplo:
Parte 1: Necesitaría que la otra parte entienda que comer saludable no es una regla, es lo que realmente quieres y que es mejor para ti. Necesito que la otra parte entienda que comer saludable es una elección, no una imposición. Necesito que relaje un poco esas barreras defensivas cuando trato de poner límites sanos.
Parte 2: Necesitaría que la otra parte sea más flexible, y que entienda que tengo derecho a comer de forma poco saludable si se me antoja, y que no me haga sentir mal o culpable por ello. Necesito que relaje un poco esa rigidez y jucio cuando elijo comer poco saludable.
- ¿Qué estás dispuesta a ceder para el bien común?
Por ejemplo:
Parte 1: Estoy dispuesta a ser más flexible, a no juzgarte si alguna vez comemos poco saludable, a convertirme en una voz más amable que te inspire y te motive a comer sano en lugar de ser tan rígida y estricta con nuestra alimentación. Te voy a guiar en esos límites que nos hacen bien, pero no los voy a imponer y mucho menos castigarte si no los cumples, porque deseo que reine la Paz en nuestro sistema interno y yo no estoy aquí para imponer, estoy para ayudar.
Parte 2: Estoy dispuesta a escuchar esos límites que, entiendo, no son una imposición, son límites que ayudan a todo el sistema a sentirnos mejor. Voy a ponerme menos a la defensiva cuando escuche a la Parte 1 recordándonos nuestros límites, porque entiendo que lo hace desde el Amor (y no desde la autoridad juiciosa). Voy a tratar de adaptarme a los límites que hemos elegido como sistema para el bien común, y sé que si en algún momento deseo permitirme un antojo, no voy a ser juzgada por ello.Vuelve a agradecer a las partes
Agradéceles de nuevo, por haberse abierto a compartirte sus necesidades y sus miedos, por su disposición a ceder por el bien común.
Agradéceles su colaboración para llegar a un acuerdo y que puedas volver a estar en paz internamente.
Agradéceles por estar haciéndolo lo mejor que pueden/saben.
Diles cuánto aprecias su presencia en ti, y cuánto aprecias que te estén intentando ayudar/proteger.Estate presente para las partes
En los siguientes días, hazles un seguimiento a estas partes, estate atenta a ellas cada vez que emerjan. Recuérdales que estás aquí para ellas, para ayudarles a ayudarte de la forma más amable.
Recuérdales, si hace falta, el acuerdo. Media entre ellas, con amor y compasión. Ponlas a conversar si vuelve a haber un conflicto entre ellas, tratando de comprender cada parte y después, llegar a un nuevo acuerdo. Recuérdales a cada momento cuanto les agradeces su presencia y su función, y cuanto las amas.
Seguro que te habrás dado cuenta como una de esas partes suele ser más dominante, como si tuviera más fuerza, como si hablara más alto.
Por eso es importante que Tú, como líder de tu sistema interno, puedas reequilibrar tu mundo interno, dándole voz a aquellas partes de ti que sientes que no pueden expresarse. Y pidas un momento de silencio a aquellas partes de ti que avasallan.
Y lo más importante de todo, es que puedas hacerlo desde el amor y la compasión, pudiendo comprender que el que alza la voz mucho, quizás tiene mucho miedo y es la forma que ha encontrado de hacerse escuchar.
Siempre, aunque no nos demos cuenta conscientemente, estamos interactuando y gestionando nuestro sistema interno, pero no siempre lo hacemos de forma amorosa, paciente y compasiva (Ay! que se calle ya esa voz! me está torturando!).
El camino que aquí te propongo es hacia un autoliderazgo más amoroso contigo misma, de forma que puedas transitar tus procesos de vida de forma más amable, más suave, desde tu centro, desde tu Esencia, desde tu Diosa.
Y, ¿por qué es importante que aprenda a gestionar mi sistema interno de forma amorosa?
Cuanto más vistas y amadas se sientan tus partes internas, más vista y amada te vas a sentir por ti misma. Armonizar la relación entre tus partes es armonizar tu relación contigo misma.
Todas tus partes internas están a tu favor y tú puedes acompañarlas a que te habiten de forma armónica. Como si tu fueras la Reina de tu propio reino, y en él habitaran múltiples personajes, cada uno con sus propios miedos, sus propias necesidades, sus habilidades y talentos… Y todos ellos solo quieren ser vistos y reconocidos en su función. Y tu papel, es Verlos, agradecerles y guiarles para crear Unidad interna, que todos remen en una misma dirección.
Si en algún momento te ves juzgando a alguna parte interna (“es demasiado exigente, o demasiado inocente, o demasiado miedosa,…”), te invito a que te dirijas a esa parte y con mucho tacto le preguntes: ¿Para qué estás en mí, de qué forma estás tratando de ayudarme? Verás que si escuchas su respuesta con el corazón abierto, comprenderás que siempre, siempre, siempre, hay una intención positiva detrás de cada voz en tu cabeza, una intención de ayudarte, de protegerte, de hacerte sentir segura o amada. Y a partir de ahí, puedes ayudarle a que pueda cumplir con su función de una forma más amable.
Te invito a ver este vídeo que representa de forma muy gráfica y clara el tipo de dinámica interna que te propongo en este proceso (está en inglés, pero tiene subtítulos):
Si te gustaría profundizar en tu proceso, aprender a crear armonía interna, gestionar tu sistema interno para estar en paz, autoliderarte con Amor y Compasión desde tu Esencia, desde tu Diosa… te invito a que hagamos un viaje interno juntas, me encantará acompañarte en tu proceso!
Puedes ver más información aquí.
Gracias, gracias, gracias.
Nos amo y nos quiero libres.
Aixa Seele ❤️🔥